martes, 8 de enero de 2008

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Fotoreportaje Ganador UCA 2007.

Esta es una realidad que no la podemos dejar pasar por alto.
Les pido a los lectores que en verdad la lean y reflexionen un poco, si conocen de otros casos parecidos en cualquier parte de Nicaragua porfavor haganme sus comentarios le saluda:

Oscar Duarte.

Primera escena.

Fotografías y texto: Oscar Duarte

El presente trabajo muestra en imágenes la situación de los pequeños trabajadores de las minas de piedra pómez de la ciudad de Masaya.
Fue realizado de manera directa por el autor, a través de una investigación de campo, entrevistas a personas claves que intervienen en el desarrollo de la explotación laboral de los niños en este sitio, y otras colaboraciones.
El objetivo que se persigue es informar y denunciar ante la comunidad el grito de ayuda de los niños y niñas que sufren a diario las secuelas de la pobreza en que viven.

En Nicaragua hay aproximadamente 300 mil niños bajo la explotación laboral infantil, según datos de Unicef, a pesar que Leyes y los acuerdos nacionales prohíben expresamente el trabajo infantil, como se establece en el artículo 133 del Código del Trabajo, que prohíbe el desempeño de los adolescentes en trabajos que por su naturaleza o por las condiciones en que se realicen, dañen su salud física, psíquica, condición moral y espiritual, les impida sus derechos a la educación, unidad familiar y desarrollo integral y la unión que pueden llegar a tener ellos en su comunidad; sin embargo, jurídicamente su efecto no tiene ningún resultado.
Sin derecho a la educación, a la protección social y la diversión propia de su edad, la mayor parte de los infantes y adolescentes trabajan en situaciones precarias, cumplen jornadas de casi 48 horas a la semana y reciben a cambio ingresos miserables que no les permiten cubrir el costo de la canasta básica alimenticia.
Los últimos años revelan que el porcentaje de niños que trabajan en el mercado laboral y sus domicilios ha ido en aumento, producto de la aguda crisis económica que vive el país, emergente de las políticas neoliberales desde 1990, que han acentuado los niveles de explotación de la fuerza de trabajo.
Nicaragua es un país agrícola con grandes recursos naturales por explotar: entre ellos los recursos hídricos, la extracción de metales preciosos o de uso industrial, sedimentos o material de construcción, entre otros. De la demanda de mano de obra para extraer estos recursos, nace el uso de la fuerza de trabajo infantil a fin de resolver algunas necesidades de trabajo.

A 20 minutos de distancia del centro de la ciudad de Masaya, en dirección norte, está la comarca “Las Flores “, un sitio que fue de gran importancia comercial hace décadas, pero que ha sido desterrado desde que dejó de funcionar el ferrocarril. Desde ahí se observa el panorama de las minas de piedra pómez (feldespato o asbesto), un mineral de color claro, descendiente de rocas volcánicas eruptivas; donde familias enteras se dedican a explotar este recurso.


El nacimiento
Manos extranjeras descubren la riqueza que ofrece la piedra pómez, como materia de prima (silicato potásico ortoso, asbestos y otros componentes) que funcionan como aislantes contra incendios, forros eléctricos, pesticidas, materiales similares al uso del caucho, plataformas sólidas y útiles para la construcción.

La solución
Tras sufrir grandes necesidades económicas por el olvido del gobierno y de las autoridades municipales, surge como gran idea y demanda, la apertura de las minas de piedra pómez en el año de 1997, cuya explotación no requiere maquinaria industrial pesada. Basta la mano de obra humana, algunas herramientas sencillas como picos, palas y la dedicación y tiempo para excavar y extraer el material.

Su desarrollo
La unificación de los pobladores se traslada como propuestas a las cooperativas, donde se establece el trato de trabajar y explotar las tierras a cambio de un porcentaje en las ventas del material.
Las cooperativas abren sus puertas y empieza el “boom”, se establecen lugares de acopio, se centran caminos, se soluciona el problema del transporte de material, el gobierno municipal ve la actividad como una oportunidad para erradicar la pobreza del sector, no hay intervención del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) y se fortalece sin ningún obstáculo.

Diez años después, en el 2007, la zona explotada se ha transformado. Parece un logar que ha sufrido bombardeos, hay terrenos desérticos donde no revienta ni siquiera una vaina, donde el sedimento no es rico en nada, todo no es más que una superficie plana, olvidada, con cráteres por todos lados. Lo que antes fue una cima, una montaña verde, en verano es un desierto y en invierto un lugar plagado de charcas.
A pesar de todo, las minas se siguen multiplicando. Cierran unas y abren otras cuya vida útil aproximada es de dos años, para beneficio de 2 a 5 familias enteras que trabajan de sol a sol entre las piedras pómez.


“La imagen del esclavismo del siglo XXI”. Así le llamaría. Este es el mundo donde el hombre no se priva con nada que vaya en contra de su libertad. Pero aquí sucede lo contrario. El trabajo altamente forzoso y rudimentario priva a estos niños y los obliga a sobrevivir a cambio de músculos, sudor y un poco de dinero.



Después de entrevistar a los lugareños, se visitó la cooperativa “Los Cocos”, donde se observan varias minas activas e inactivas.
En el censo recogido en ese momento, los trabajadores infantes eran la mayoría. Una de las familias en la mina, se componía de esta forma: 9 niños, 4 adultos, 13 operantes en total

Claramente son pequeños bajo la mano de la explotación laboral infantil, tal es el caso de Juancito López, un niño de trece años de edad, que tiene la dicha de cursar tercer año de secundaria, con un horario de estudio por la mañana y de trabajo minero por la tarde, pero al parecer, Carlos su primo no corre con la misma suerte, ya que es un año mayor pero analfabeta. Carlos no es el único en la zona.


La producción y economía en las minas
“El salario es parejo, lo que importa es la cantidad de lo que cada quien extraiga”, explicó Miguel, un obrero sin compañía familiar que opera en la mina.
Por un saco equivalente a unos 25 kilos de piedra pómez de primera la paga monetaria es de 11 córdobas. Para quien la extrae y unos 18 córdobas para quien la vende al acopio. Son precios casi estándares en el sector. También hay piedra pómez de segunda cuyo precio es casi la mitad de la de primera. Hay transportistas que la recogen en el lugar producción y los que hacen el gran negocio son todos aquellos que están ligados directamente con el comercio internacional. Las ganancias de éstos son desconocidas.


Un niño de entre 10 y 16 años puede extraer entre 3 y 4 sacos por día, “una tarea” le llaman. Para esto laboran unas 8 horas. El niño trabajador obtiene a cambio de su “tarea” una ganancia máxima de 33 córdobas al día. Se calcula que al mes alcanzan un promedio de 792 córdobas. Muchas veces entre los hermanitos menores logran completar otra tarea diaria.


La familia de Juancito López está compuesta por cinco personas. Ellos sobreviven con un ingreso económico de 1,800 córdobas al mes. Esta suma no es suficiente para cubrir el costo de la canasta básica y los estudios de los niños. Sin embargo, la familia López lleva cuatro años trabajando en esta área.




Afectaciones de manera más directa
El asbesto es una sustancia química natural, de fibras largas y delgadas. Este tipo de fibra produce en los seres humanos capacidades para inducir orígenes cancerosos, el periodo de latencia en los casos comunes se presenta después de los 30 años de edad.

La Asbestosis es el resultado de la inhalación crónica de fibras de asbesto en las industrias de extracción, trituración y producción de este químico. La asbestosis está relacionada con la cantidad de polvo de asbesto consumida por la persona.
En las personas expuestas se observa también un aumento de cáncer de pulmón. Las fibras pueden aislarse muy profundo en el parénquima pulmonar, causan fibrosis alveolar, intercitial y pleural, con reducción de los volúmenes y de distensibilidad pulmonar, es decir, presión en el aumento de la rigidez pulmonar, respiratoria y trastorno de la capacidad de intercambio gaseoso.
Síntomas y signos de estos trastornos
El enfermo manifiesta una típica disnea de esfuerzo insidiosa y una disminución de la tolerancia al ejercicio físico habitual (se cansa rápido). No suele haber síntomas de afección de las vías aéreas (por ejemplo, tos o sibilancias).
Los pacientes externamente no presentan síntomas. En las radiografías de tórax se aprecian opacidades pequeñas, de forma lineal o irregular, distribuidas difusamente por ambos pulmones, pero con predominio en las regiones inferiores. No obstante, las lesiones pueden ser mínimas en las radiografías, en ocasiones se observa un englosamiento de pleural (paredes externas pulmonares).La fibrosis es progresiva y los síntomas empeoran a medida que aumentan los trastornos fisiológicos con acusados trastornos de oxigenación.

Cura y tratamiento
La asbestosis y sus trastornos pueden prevenirse, sobre todo mediante la implantación de sistemas eficaces de eliminación del polvo en los ambientes laborales o en este caso, el abandono inmediato físico laboral. En sí, eliminar el contacto con este tipo de químico natural o laborar bajo medidas de protección profesional. Cuando los trastornos son muy avanzados, se recurre a a intervención quirúrgica.


De regreso en las minas. No hay registros sobre la cantidad de minas que están funcionando, pero una fuente local calcula que hay al menos 10 ó 15 minas prestando servicio. Eso significaría unas 20 ó 30 familias laborando y posiblemente afectadas por la fibra, pero no reciben la atención médica necesaria para saber el grado y la cantidad de afectados.

Actualmente hay 200 ó 300 cooperados activos, donde al menos cien de ellos son niños, personas que no gozan de una vida normal y lo peor de todo es que están lidiando con la muerte y no hay nadie que vele por ellos.

Ya ha pasado una década y las autoridades locales parecieran desconocer el caso. Las consecuencias que podrían surgir a corto plazo son incalculables aún. Nadie habla del tema.

Mientras el gobierno se enfoca en firmar acuerdos internacionales, se pierde de vista esta realidad casi desconocida que podría repercutir en una generación de afectados como ocurrió con los trabajadores de las bananeras, afectados por el pesticida Nemagón. La diferencia de este caso radica en el tiempo y las esperanzas de que todavía no se haya alcanzado la gravedad.

Autor: Oscar Iván Duarte Dávila
Bibliografía consultada:
Código del trabajo vigente 2007. Nicaragua.
Enciclopedia Larousse edición 1995, México.
Reporte oficial impreso. Unicef 2007.
Manual de Merck (Medicina) octava edición 1992,Doyma SA. España Barcelona. Pág. 760-762. Asbestosis y sus trastornos.
Entrevistas:
Familia López. Masaya. Nicaragua. Junio-2007.
Doctora Karla Sánchez. Médica General. Masaya, Nicaragua. Agosto 2007.
Trabajo de campo: Comarca Las flores, Masaya, Nicaragua, 2007. 0

Segunda escena.

Tercera escena.

Cuarta escena.

Quinta escena.

Sexta escena.

Septima escena.

Octava escena.

Novena escena.

La ultima escena.